Para llegar a conocer a alguien del todo primero debes caminar un kilómetro con sus mocasines. Proverbio de los indios americanos.

Cartier-Bresson-Viventi

Fotografía: Henri Cartier-Bresson

Una de las principales fuentes de sufrimiento es la interacción con los demás. Vivir en sociedad nos genera muchas alegrías pero también muchas penas, miedos y angustias. ¿Cuántas veces al cabo del día tienes la sensación de que no entiendes a la persona que tienes en frente de ti? ¿Cuántas veces te da la sensación de que no comprendes por qué está haciendo lo que está haciendo y que no te tiene en cuenta? ¿Cuántas veces te has preguntado cómo resolver ese dichoso conflicto?

Desde la Programación Neuro Lingüística se intenta relativizar este sufrimiento a través del trabajo con diferentes posiciones perceptivas. Lo que importa, como en la foto de Cartier-Bresson que acompaña este artículo, es el punto de vista. La PNL trabaja con tres posiciones perceptivas: la propia, la del otro y la del observador externo. Este ejercicio es muy útil cuando alguien llega a una sesión de coaching o de terapia presa de un conflicto con otra persona porque le ayuda a relativizar su visión y a adoptar ideas creativas para resolver ese conflicto. Es algo así como tener una nueva mirada.

Si éste es tu caso y sientes que eres presa de un conflicto, de una conversación desagradable o de un situación con otra persona que no sabes muy bien como solucionar, te aconsejo que hagas este ejercicio porque te permitirá tener una nueva mirada sobre esa situación.

El ejercicio consiste en marcar en el suelo tres posiciones, como la base de un triángulo, e ir pasando por esas tres posiciones. Las dos primeras están enfrentadas, como si estuvieran conversando, mientras que la tercera es la del observador externo. Algo así como en la siguiente imagen.

Group

Primera posición

Es la que se hace desde la propia perspectiva. Uno ve, oye y siente por completo la experiencia dentro de la propia piel. Cuando se trata de recuerdo se pueden ‘revivir’ en detalle casi con las mismas emociones, imágenes, sonidos y sensaciones. En otras palabras, uno se encuentra asociado por completo a la experiencia. Es en la que se toma en consideración nuestro propio punto de vista. Por ese denomina Posición Uno Mismo. Sólo podemos evaluar lo que nosotros pensamos, sentimos y hacemos. Estamos metidos en nuestros propios zapatos: nos quedamos fijados a nuestra propia perspectiva.

Segunda posición

Se trata de percibir desde la perspectiva del otro: ver, oír y sentir como él. Dichos populares como ‘ponerse en el lugar del otro’, ‘meterse en la piel del otro’, ‘ponerse en los zapatos del otro’ describen muy bien esta posición. Es la posición de la empatía, pues asimila por completo la experiencia ajena como si se estuviera viviendo en carne propia. Es la que tienen en cuenta el punto de vista del otro u otros involucrados en la interacción, suponiendo que sabemos qué piensan y sienten.

Tercera posición

En esta posición la perspectiva es como la de un observador disociado de la experiencia original. Se puede evocar o construir la experiencia viendo y oyendo como si se viera una película con uno mismo, participando de ella en el ambiente y con las personas que estuvieron originalmente. Algunos dichos populares describen bien esta posición: “Ver los toros desde la barrera”, “observar lo sucedido como una obra de teatro”. Al disociarse, la persona se separa de la experiencia emocional y puede observar más objetivamente. En esta posición te darás cuenta de los recursos que necesitamos para cambiar el rumbo de la interacción en dirección a un resultado deseado.

¿Has pasado ya por esas tres posiciones? ¿Ha cambiado la experiencia? ¿Se te ha ocurrido alguna solución en la que no hubieras pensado cuando estabas sólo en tu posición?