Por Mary Iribarren, de la revista literaria Zoque

Imaginaos una situación: un lugar cualquiera… tal vez un vagón de tren, una conversación de viaje. De esas que rellenan el tiempo justo de siete paradas. Y surge el tema…

—¿Sabes…? Escribo.

—¿Sí? ¿El qué? ¿Algo que te han mandado en la universidad? ¿Un informe del curro?

—No, poesía. Pensamientos sueltos, ideas locas… historias que me invento.

—¿Y por qué lo haces?

—Porque sí.

—Pero… ¿Te han publicado?

Llegados a este punto, muchos dejan de hablar, y guardan su secreto mientras piensan con mirada humilde, que la próxima vez hablarán de política, de series, o de lo que sea.

Porque como todos sabemos, o al menos eso nos han hecho creer: “Crear no es rentable”. No paga las facturas, ni nos dará un porvenir; es simplemente un pasatiempo…, como otro cualquiera.

Para agitar un poco las mentes, hoy me he despertado con un vídeo que ha puesto en palabras e imágenes, situaciones en las que todos nos hemos encontrado alguna vez cuando hemos querido hablar de nuestras inquietudes artísticas. Sueños que se manifiestan sin pretensiones, sin grandes retos, ni sacrificios de maletas hacia Madrid en pisos infinitamente compartidos.

No, tan solo creatividad para sobrevivir el día a día de oficinas, emails, quejas se clientes o tal vez, listas interminables de tareas domésticas.

La Creatividad nos hace libres, nos ayuda a mirar más allá, a cambiar las reglas del juego, a escapar en cada línea, en cada interpretación.

Es una fuerza que nos hace iguales, que bien entendida, no juzga ni distingue.

¿Sería lo mismo sin todos esos creadores, esos “muertos de hambre” de los que habla este vídeo, esos que en algún momento de sus vidas dedicaron su energía y tiempo para regalarnos tanta belleza? De la misma manera que en un vagón de tren, en la sala de espera del médico, o tal vez en un taller de escritura, creas un personaje en el que pones un poquito de esa abuela (aquella que de niña, te hacía arroz con leche con trocitos de felicidad infantil), ellos un día, tal vez sin pretenderlo, tal vez sin saber el destino de aquellas líneas, hicieron algo grande.

La escritura nos da tanto… Pero también nos exige que superemos nuestros miedos, que volvamos al punto de partida en que lo podíamos todo. El próximo día 29 de noviembre crearemos un poco de magia, daremos ese primer paso de compromiso con la creatividad sin exigencias técnicas ni guión, conectaremos con ese “yo” que quiere contar cosas, que busca atención plena y escribiremos, algunos más, otros menos, pero las hojas en blanco desaparecerán.

Te esperamos. La cita es en Viventi, Benalmádena. El asunto: Taller de Liberación Creativa, la atmósfera será la que todos crearemos.


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