El coaching y la Programación Neurolingüística (PNL) se están revelando como dos poderosas herramientas complementarias a la hora de seguir una dieta para bajar de peso. En primer lugar, el coaching permite que cada persona se marque un objetivo de una manera clara, concisa y formulada de un modo correcto, que ayude a la consecución de ese objetivo y no que haga que sea más inalcanzable. Además, da las pautas para  que esa persona siga los pasos necesarios para lograr ese objetivo que se ha marcado, desterrando las creencias limitantes que aparezcan en el camino, muchas de ellas relacionadas con la propia identidad, las resistencias, los hábitos, entre otros.

Por su parte, la PNL (si quieres saber qué es, puedes hacerlo en este enlace) potencia la creación de nuevas conexiones neuronales que hace más sencillos desterrar hábitos que propician el sobrepeso. En un proceso de coaching enfocado a bajar de peso, la manera de intervenir es con una combinación de coaching y de PNL. La primera sesión es el momento de  establecer el objetivo a conseguir (en este caso sería pesar un número determinado de kilogramos), que debería ir en consonancia con el trabajo que hace el cliente en el nutricionista.

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Explorar las creencias limitantes del cliente en relación a este aspecto de su vida (“es que soy gordito” o “yo soy incapaz de seguir una dieta”) y sustituirlas por creencias potenciadoras del tipo “tengo mucha fuerza de voluntad porque tengo dos carreras, así que si he sido capaz de estudiar dos carreras también soy capaz de adelgazar y quedarme en mi peso”, son fases que forman parte del proceso.

Un buen punto de partida es pedir al cliente que haga un trabajo de observación sobre su relación con la comida. ¿En qué momento de su vida come? ¿Qué es lo que le impulsa a comer? ¿Qué es lo que busca en la comida? Comprender cómo funciona y qué le lleva a comer en exceso o de manera poco sana es el punto de partida para entender la consecuencia de su sobrepeso u obesidad. En las sesiones posteriores el abordaje con PNL es ideal para cambiar esos hábitos que le son dañinos  y que pueden echar por tierra un programa de pérdida de peso, además de ‘fabricar’ una autoimagen en consonancia con el peso que se quiere alcanzar.

A través de la PNL es posible generar nuevos hábitos y lograr que cuando alguien siente ansiedad en lugar de lanzarse por una tableta de chocolate le apetezca irse a correr. También es posible generar una imagen del cliente en consonancia con la pérdida de peso que quiere alcanzar, además de minimizar los miedos del tipo “si me convierto en una persona delgada voy a dejar de ser feliz”. El trabajo con PNL también hace posible que el cliente alcance una congruencia interna y que ponga de acuerdo a esa parte suya que quiere adelgazar con la que quiere seguir comiendo todo lo que le dé la gana.

Si éste es tu caso y quieres averiguar porqué pesas más de la cuenta, te animo a que empieces por observarte: ¿en qué momentos comes más? ¿Cuando sientes intranquilidad? ¿En el transcurso de un acto social con amigos? ¿Qué emoción va asociada a la comida? El primer paso para gestionar desde un punto de vista emocional el sobrepeso es entender qué nos lleva a comer más de la cuenta.