cuando quieres pero no puedes

 

¿Alguna vez has querido algo con todas tus fuerzas pero no has podido hacerlo, lograrlo o conseguirlo? Has dicho ‘quiero pero no puedo‘ y alguien te ha recordado que hay que ser positivo, que cuando se quiere algo, se consigue y todo esta retahíla de afirmaciones que defiende la psicología positiva y que el quiero pero no puedo es una expresión que se debería borrar de la faz de la tierra.

A mí me ha pasado. Hay veces que he querido hacer algo pero la realidad es que no he podido. Y yo que soy muy exigente conmigo misma me he azotado un poco y me he dicho: ¿pero cómo no voy a poder? Uno de mis quiero pero no puedo habituales tiene que ver con los kilos de más. Siempre he estado en una lucha eterna respecto a mi peso. Siempre he querido adelgazar, pero a menos que haya buscado ayuda de un profesional, no lo he logrado.

Ahora estoy viviendo un periodo dulce con los kilos y estoy logrando alcanzar mi peso ideal, ése en el que casi nunca he estado. El otro día le pregunté a la médico homeópata con la que estoy haciendo la dieta porqué me resulta tan difícil adelgazar y, sobre todo, porqué me resulta tan difícil bajar de determinadas barreras: los 75 kilos, los 71… Me contó que el cuerpo tiene memoria y que detecta en qué peso ha estado mucho tiempo con anterioridad y, por lo tanto, se siente cómodo. Y que tal vez me hiciera falta un poco de ayuda.

Quiero pero no puedo

Con las emociones pasa algo parecido. Las que son muy fuertes, muy intensas, se quedan grabadas en nosotros y nos bloquean recursos y comportamientos que necesitaríamos para llegar a ese puedo. Si no se les da salida, si no se viven, quedan enquistadas y nos acaban fastidiando la vida. Ésta es la base que sigue el coaching wingwave, también llamado coaching emocional, porque a lo que nos dedicamos los coachs que lo aplicamos es a deshacer el nudo que genera esa emoción antigua, enquistada, y que nos imposibilita estar donde queremos ahora. Por eso el coaching wingwave es tan efectivo y tan rápido.

Como cuentan Cora Besser-Siegmund y Harry Siegmund en su libro ‘Coaching wingwave’ ya hay estudios científicos que, mediante la grabación de las neuronas, prueban que las células cerebrales son capaces de aprender del dolor. De este modo, las neuronas avisan de sensaciones dolorosas a pesar de que la causa del dolor hace años que ya no existe y se habla de una memoria del dolor. Esto sucede con las personas amputadas que sufren el denominado dolor fantasma. La causa del dolor, el miembro amputado, ya no está ahí. El dolor sí.

A causa de la plasticidad neuronal, las neuronas aprenden la sensación del dolor como una canción que ya no se va de la cabeza. Esta investigación, realizada el profesor Walter Zieglgänsberger, del Instituto Max Planck, se puede aplicar también a los esquemas neuronales que hay detrás de las fobias o del estrés postraumático.

Las emociones atascadas

Debido a la inundación del sistema nervioso con hormonas de estrés, un susto provoca sensaciones físicas fuertes parecidas al dolor: se tensan grupos musculares, la respiración se hace superficial o se contiene, la circulación se acelera, la mirada se vuelve rígida, los vasos sanguíneos se modifican… De esta manera puedes sentirlo en el cuerpo. Toda emoción puede independizarse crónicamente persistiendo al igual que el dolor fantasma: miedo, cólera, sed de venganza, duelo, asco o vergüenza. Quizás te haya sucedido en algún momento que al recibir un estímulo externo, como una llamada de teléfono de cierta persona, se te coge un pellizco en el estómago o te entra miedo. Ahí tienes una de esas emociones atascadas.

De modo que esas sensaciones que acaban quedándose atascadas pueden llevar a provocar una sensación de impotencia y ahí es cuando surge el quiero pero no puedo. La palabra emoción, como cuentan en este libro, viene de la palabra latina ‘motio’, que significa movimiento. Y ése movimiento es el que no fluye en los trastornos postraumáticos en los rastos de estrés, sino que se queda rígido, manteniéndose fijo en su sitio.

Y lo más alucinante es que esa emoción puede llevar ahí atascada desde hace años, impidiendo que vivamos de forma plena y que, por ejemplo, queramos algo con toda nuestras fuerzas pero no podamos conseguirlo. A lo largo de las sesiones que he hecho de wingwave me doy cuenta de cómo esos atascos se expresan de la manera más inimaginable posible y detrás, por ejemplo, de la creencia ‘no soy lo suficientemente bueno’ hay un insulto de un compañero de instituto o detrás de la dificultad para emprender la acción una situación de inmovilidad real en la infancia.

Las asociaciones que hacen la mente y el cuerpo son de lo más insospechadas y lo que hacemos con el coaching wingwave es, de alguna manera, rehacer esas asociaciones para evitar que queramos algo pero no podamos conseguirlo y así no tener que volver a repetirnos ‘quiero pero no puedo’.

¿Alguna vez te ha sucedido esto de querer algo con todas tus fuerzas pero no poder conseguirlo? ¿Alguna vez has sentido una de esas emociones atascadas? Cuéntanoslo ahí abajo, en los comentarios.

Si quieres más información sobre nuestras sesiones de coaching wingwave para superar estos bloqueos, puedes pinchar aquí, y si eres coach, terapeuta o profesiona de la ayuda y tienes interés en formarte como coach wingwave, puedes acceder a la información sobre la formación que impartimos en Viventi junto al Institut Gestalt de Barcelona en este enlace.