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Hace tiempo que andamos dándole vuelta a qué podemos hacer desde Viventi para las empresas con valores. Si algo tenemos claro es que las empresas tienen un alma y que ese alma es algo que se tiene que recuperar y poner en juego para que esas empresas sean congruentes. Al igual que las personas tenemos una esencia, un fondo, las empresas también lo tienen. Y no me vale eso de que las empresas están para ganar dinero. Hay muchas empresas que sí, que están concebidas sólo para hacer dinero, pero con esas empresas, al menos a mí, no me merece la pena trabajar.

Las empresas en las que yo creo son esas que tienen una misión. Al igual que las personas que están alineadas son las que tienen una misión en la vida y las que tienen cierto sentido de trascendencia, las empresas en las que yo creo son también esas que están alineadas y saben cuál es su misión, qué es lo que les mueve y que ven a sus trabajadores como su activo más importante.

Esta semana escuché hablar a la directora del Colegio Internacional Torrequebrada, Sonia Díez, en las jornadas ‘Ellas hacen empresa’ sobre el alma de su empresa. Ella hablaba de los valores de su colegio como un activo muy importante, primordial para el día a día de ella y de su equipo, cuyo trabajo se centra en hacer que esos valores se vuelvan realidad. Hablaba de la importancia del trabajo en equipo, de la libertad, de la honestidad, de alegría y de la compasión, los valores que son la brújula de su colegio.

Sonia Díaz contaba que, a riesgo de parecer ingenua al decirlo en voz alta ante un auditorio con un centenar de personas, cada día que trabajaba tenía la sensación de que estaba cambiando el mundo. A ese querer poner tu granito de arena para cambiar el mundo es a lo que me refiero con el sentido de trascendencia, a querer hacer algo que te sobrepase a ti y que tenga su efecto positivo en los demás.

Antes de verano hicimos un proceso de desarrollo profesional con Anahí y con Sandra. Lo cuento porque me han dado permiso para hacerlo. Ellas han creado su empresa Veravitas, encaminada a dar servicios relacionados con el trabajo social, y, según me comentaron la semana pasada que estuvieron visitándonos, conocer los valores que compartían ambas y que querían dejar patentes en su empresa ha sido una brújula que han tenido presente durante todo el proceso de cresación de Veravitas y durante el camino que llevan recorrido estos meses en los que ya están funcionando.

Nos contaban que a la hora de hacer la página web, diseñar el logotipo de la empresa o concretar los servicios que iban a ofrecer, tener claro sus valores y su misión les ha venido muy bien porque todo el proceso ha tenido una congruencia. Desde el color que han usado para el logotipo y para su imagen de marca, hasta determinar las pestañas de su página o acercarse a un cliente para contarle qué es lo que hacen y en qué es en lo que creen. Por no hablar, de la sensación de sentirse alineadas con quienes son, con sus valores propios, y con lo que hacen en este momento.

Para tener en cuenta los valores de la empresa y verlos como algo valioso es necesario tener presentes a las personas que forman la empresa, respetarlas y estar convencidos de que son el mayor activo de una compañía. Aquí es muy importante confiar en los trabajadores, en esas personas que un jefe ha elegido para que le acompañe en la aventura de crear su empresa o de hacerla más grande. Y es importante que los valores de la empresa, de los jefes y de las personas vayan en la misma dirección, en la dirección de conectar con el alma de esa compañía.