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Seguro que alguna vez te has planteado que trabajas mucho. Quizás muchísimo. Pero que, dadas las responsabilidades que tienes, es imposible para ti aflojar la máquina y trabajar menos. Eso podría ser un gran desastre, sobre todo si tienes un cargo de responsabilidad, eres autónomo o tienes una empresa con empleados y su nómina depende de ti. Si éste es tu caso, el título de este post y eso de trabajar sólo cuatro horas a la semana te parecerá una soberana tontería, incluso un insulto a tu inteligencia.

A mí me sucedía lo mismo cuando veía en alguna estantería de una librería o cuando Amazon me sugería de refilón el libro de Timothy Ferriss ‘La semana laboral de 4 horas’. Ni siquiera quería pararme a mirarlo porque me parecía una auténtica estupidez tan solo el pensar que se puede trabajar sólo cuatro horas a la semana.

“¿Pero qué se ha creído este tío?” “¿Con el trabajo que cuesta poner en marcha una empresa, cómo voy a dejarlo así por así?” “Si yo hago esto porque me gusta”, era lo que venía a la cabeza cuando veía propuestas como la suya. Sin embargo, el otro día navegando por internet caí en un blog que hablaba de este libro y de cómo a su autor le cambió el concepto del trabajo.

A mí no me ha cambiado el concepto del trabajo; sí que me ha resultado provocador porque da un punto de vista sobre la vida laboral que hasta ahora había visto en pocos libros. Para nosotros es un valor trabajar mucho, echar muchas horas, esforzarnos, y lo que viene a decirnos Ferriss es que se puede conseguir los mismos resultados o incluso mejores sin necesidad de esforzarnos tanto. La propuesta es trabajar para vivir de modo que sea posible, con una serie de pasos, dedicarle sólo cuatro horas semanales al trabajo.

Muchos clientes de coaching llegan a Viventi por esto: porque la vida nos les da más y quieren gestionar mejor su tiempo, que les cunda más. Y, en realidad,  la solución y a donde se va encaminando por sí sólo el proceso es a lo que propone Ferriss: a organizar mejor el trabajo, eliminar lo que no hace falta y focalizar la atención en lo que se está haciendo. Supongo que por eso se lo estoy recomendado a todos mis clientes de coaching, porque en cierta medida da una visión nueva sobre el trabajo y elimina creencias limitantes que nos hacen pensar que trabajar 12 horas al día es lo normal.

¿Que cómo se consigue este cambio de punto de vista? Pues teniendo en cuenta estos tres puntos básicos.

Regla del 80/20

También llamado Principio de Pareto. Este hombre se dio cuenta de que  el 20 % de población, ostentaba el 80 % de algo y el grupo mayoritario, formado por un 80% de población, el 20% de ese mismo algo. En concreto, Pareto estudió la propiedad de la tierra en Italia y lo que descubrió fue que el 20% de los propietarios poseían el 80% de las tierras, mientras que el restante 20% de los terrenos pertenecía al 80% de la población restante. Siguió estudiando y se dio cuenta de que esta regla se puede aplicar a multitud de ámbitos, entre ellos a la economía.

Ferriss lo trasladó a su empresa y se dio cuenta de que el 20% de sus clientes generaba en el 80% de sus ingresos, mientras que el 80% restante, al que le dedicaba la mayor parte de su tiempo, tan sólo generaba el 20% de ingresos. La pregunta que se hizo fue, ¿qué sucede si a ese 80% lo dejo en piloto automático y no le dedico tantos esfuerzos? Ten en cuenta también que el 80% de los resultados proviene del 20% del tiempo invertido.

Ahí ya puedes tener un montón de horas recortadas de trabajo, ¿o no? Ferriss es provocador y pregunta en su libro: ¿Si tuviera una pistola en la sien y tuvieras que recortar 4/5 tus tareas, cuáles dejarías de hacer? También propone que poco a poco vayas recortando tu tiempo de trabajo y, si tienes una empresa propia o puedes organizarte, dejes por ejemplo el viernes libre. ¿Para qué? Pues te ayudará a priorizar y hacer lo que de verdad es vital para tu trabajo. Así dejarás de perder el tiempo.

Evita interrupciones y di no

Sí, las malditas interrupciones. El teléfono sonando y sin poder acabar el trabajo. La solución es sencilla: no coger el teléfono. ¿Y si es algo importante? Lo que propone Ferriss es que simplemente dejes un mensaje en el buzón de voz, que digas que en ese momento no puedes atender a la persona y que si es algo que no puede esperar te envíen un correo electrónico. También recomienda que las reuniones sean las mínimas y necesarias: lo primero el correo electrónico, después el teléfono y por último la reunión. ¿Se caerá el mundo por ello?

Automatizar la vida

Una vez eliminadas esas tareas innecesarias y optimizado el tiempo, es hora de automatizar la vida. ¿Y a qué se refiere el autor de este libro con automatizar? Pues  a crear un sistema funcional, establecer una serie de reglas para operar y contar así con una empresa productiva que camine por sí misma sin necesidad de la presencia continua del jefe. En este punto es vital, por supuesto, saber delegar y fiarse de los empleados. Para ello Ferris propone que, de forma progresiva, se les vaya dejando que tomen decisiones cada vez más importantes.

Él, asegura, después de aplicar estos puntos en su empresa es mucho más feliz y le dedica mucho menos tiempo al trabajo. Todo será cuestión de probar, digo yo. ¿Te atreves?