El miedo al compromiso es mal de muchos. ¿Quién no ha experimentado alguna vez el pánico al sentir que le tocaba ya comprometerse con una pareja, con un trabajo, con un préstamo o, simplemente, con unos amigos para ir el próximo fin de semana a ese restaurante en el que es necesario reservar mesa?

Sin embargo, ya se sabe que mal de muchos es consuelo de tontos, así que, ¿qué podemos hacer para que el miedo al compromiso deje de ser un mal? Si quieres, claro. Porque igual estás muy a gusto sin comprometerte. De hecho, no comprometerte tiene múltiples ventajas.

¿Que cuáles son las ventajas del miedo al compromiso? Pues así, sin pensarlo demasiado, se me ocurren unas cuantas:

  1. Puedes hacer lo que te dé la gana en cada momento sin tener que darle explicaciones a nadie
  2. Si te aburres de lo que estás haciendo, puedes cambiar
  3. Puedes probar todo lo que te dé la gana… Y aquí se incluye sexo (si el miedo al compromiso es con la pareja), comida (si es con una dieta) o sea lo que sea lo que se te ocurra.
  4. Aquí podemos poner unos puntos suspensivos, porque si te pones a pensar ventajas, seguro que serán muchas…

Pero, ¿cuáles son las desventajas?

Las desventajas del miedo al compromiso

Si no te comprometes con algo, no hay evolución posible. Lo veo a diario en los clientes de coaching y en las personas que vienen a hacer terapia a Viventi: las que consiguen un cambio significativo en sus vidas, son las que se comprometen con sus procesos. Y es que el compromiso es una manera de estar en la vida. En los que no hay cambios, es en aquellos que el miedo al compromiso ejerce más fuerza.

Puedes estar comprometido o no. Y el compromiso no es sólo con los otros, es también contigo. Ese compromiso contigo es quizás más profundo porque implica un compromiso con tu luz, con tu sombra, quererte tal y como eres y como quieres ser. Es una manera de estar en la vida, comprometido con la vida, agarrándola como si fuera una luz que te llega y que te ilumina para ser quien eres de verdad.

Ese compromiso puede ser con tu crecimiento personal, puede ser con tu salud, con tus ideales. Ese compromiso es lo que hace que estés con fuerza en la vida, que brilles. Piénsalo sólo por un instante: si no estás comprometido con algo, ¿tienes fuerza para hacerlo? ¿Tienes el motor de la constancia? ¿Tienes la virtud de la fe?

El compromiso empieza cada mañana que te levantas. Y ese compromiso que te marcas puede ser, por ejemplo, ir al gimnasio. ¿Cuántas veces has pagado las cuotas para al final no ir? ¿Cuántas veces has tenido la intención de ir a ese gimnasio y al final no has aparecido? Ese compromiso de cada mañana comienza contigo mismo. Y puede ser con el gimnasio o puede ser con tu pareja o con el trabajo.

Maneras de superar el miedo al compromiso

 

El miedo al compromiso con la pareja

Quizás el compromiso que más nos cuesta es el de la pareja porque estar para la pareja significa estar totalmente presente cuando estás con ella. Y esa presenica que toca tener con la pareja es una presencia que en la que te toca estar para ti y para ella. Es un estar en ti y a la vez estar para la persona que tienes delante.

Con los hijos sucede algo similar: si hay un espejo que tienes delante cada esegundo son los hijos. Ellos dependen de ti cuando son pequeños, también cuando son grandes y estar comprometidos con ellos significa estar en el mundo para ellos sean quienes sean, sean como sean. Es un compromiso incondicional y eterno, tan eterno como la vida.

Comprometerse con la vida

El compromiso es una manera de estar en la vida y el miedo al compromiso tiene también mucho que ver con cómo estamos en la vida. Si nos falta esa fuerza para compreternos con nosotros mismos, si nos da pánico estar para nosotros cuando nos necesitemos a nosotros mismos, también nos dará pánico el compromiso con las otras personas.

Si este es tu caso, piensa cuándo te ha ido bien en algo. Seguro que cuando te ha ido bien en algo es cuando has estado comprometido en eso que has emprendedido, cuando le has puesto energía, cuando le has puesto pasión y cuando le has puesto fe. Cuando una parte de tu vida la has volcado ahí con la seguridad de que eso que estabas haciendo es lo único que podías hacer, que no había otra salida, que no había otro objetivo, sólo hacer eso que estabas haciendo en ese momento.

El compromiso asusta porque el compromiso es dar una parte de ti. Es ponerla en bandeja para el otro si hablamos del compromiso en la pareja; supone echar muchas horas y mucho esfuerzo si nos referimos al compromiso con un proyecto como puede ser crear una empresa y supone muchísima ilusión si ese compromiso es con un sueño.

Si dudas si merece la pena desterrar ese miedo al compromiso, hazte esta pregunta: ¿Qué pensarías sobre ti si cuando se acabe tu vida sintieras que no has dado a los demás lo que deberías haberle dado? ¿Cómo te sentirías si te dieras cuenta de que no te has comprometido con tu propia vida?