¿Sientes tu vida vacía y sin sentido? ¿Sientes que estás en una prisión en la que no importa qué digas, qué hagas, qué sientas porque la vida es como un río que te lleva y tú lo único que puedes hacer es sacar la cabeza fuera del agua de vez en cuando para tomar alguna bocanada de aire y seguir luchando por la supervivencia? Sí, sobrevives pero la corriente es la que te arrastra sin que veas ninguna rama en la orilla a la que agarrarte y poder salir de ese río que te lleva hacia no sabes dónde.

La sensación que puedes tener es que esa vida vacía y sin sentido ha dejado de ser tuya, que tú ya no decides qué haces en cada momento y cuáles son tus prioridades. Quienes deciden son tus jefes, tu pareja, tus hijos. Tú sólo te dejas llevar con la esperanza de que los demás vean cuánto te esfuerzas por ello y te regalen una sonrisa de aprobación.

Vida vacía y sin sentido

Además, tampoco te puedes quejar por tu trabajo porque tal y como está la situación en ese momento, es suficiente con tener trabajo. Sólo por eso ya tienes que sentir que la fortuna te ha tocado. Con la que está cayendo y con trabajo. Vale que ese trabajo implique echar muchísimas horas, pasar poco tiempo con la familia, tener que trabajar los fines de semana, echarle más horas de las que tienes, vivir en una carrera continua, pero es una suerte el mero hecho de tener un empleo.

¿Soñar? No, eso de soñar está mal visto. Los sueños no son para personas responsables, con familia, con trabajo, con hipoteca. No se puede soñar con una hipoteca, con familia, con responsabilidades. Soñar es para los jóvenes, para las personas que aún no tienen la vida formada. Sabes que eso de soñar no es para ti. Soñar es para los otros.

Lo tuyo es vivir la vida que te ha tocado, aunque sea a medias, como una condena que te ha sido impuesta y que te garantiza la estabilidad, esa estabilidad tan necesaria, tan deseada, esa estabilidad que incluye llevar a los niños cada mañana al colegio y soltarlos deprisa en la puerta sin apenas tener tiempo para darles un beso, esa estabilidad que implica no tener tiempo para contestar los 223 correos electrónicos que tienes pendiente en la bandeja de entrada de la cuenta del trabajo, esa estabilidad que implica decirle que sí a tu jefe aunque lo que te salga es decirle que no, un no claro alto y rotundo, esa estabilidad que te lleva a tener que estar pendiente del whatsapp mientras estás en el cine viendo esa peli que tanto te apetecía ver.

Si pasarlo bien deja de ser importante

¿Pasarlo bien? No, pasarlo bien no es importante. Lo importante es ser productivo, rendir, sacar el trabajo. Eso es lo importante no pasarlo bien. Ya habrá tiempo para pasarlo bien. Durante las vacaciones, cuando los niños sean más mayores, cuando no haya que trabajar tanto. Ya habrá tiempo para pasarlo bien y para disfrutar. Ahora lo que importa es sobrevivir con la cabeza fuera de ese río, dejándose arrastrar por la corriente.

Si sientes tu vida vacía y sin sentido y que algunas frases de este post reflejan algo de lo que sientes, me encantaría hacerte unas preguntas que suelo hacerle a mis clientes de coaching: si pudieras cambiar hoy algo de tu vida para comenzar a vivirla con plenitud, ¿qué es eso que cambiarías? Y, ¿cuál es ese sueño al que llevas años dándole vueltas? ¿Qué puedes hacer hoy, en este momento, para comenzar a ir hacia él?